Sueñas con hacer cosas que te apasionan, comerte el mundo, tener un estilo diferente de vida , pero por alguna razón no lo has hecho, no te mueves hacia ese cambio, puedes llegar a sentirte estancado, frustrado, y te preguntas por qué?
Puedes estar sufriendo, quejándote pero aún así no mueves un dedo porque estás sumergido en tu zona de confort. Salir de esta zona puede producir miedo, ansiedad, preocupación, solemos muchas veces ir en piloto automático por la vida, haciendo cosas que no nos identifican ni nos hacen realmente feliz.
Qué beneficios te puede traer salir de tu zona de confort?
– Enfrentar tus temores
Reconocer lo que te atemoriza y el por qué es el primer paso, el camino puede que no sea fácil pero de seguro valdrá la pena. Tu desarrollo personal empieza aquí, así que piensa en eso que te motiva, ¿realmente no merece la pena dar un pasito al frente y luchar por tus sueños?
– Estimula la creatividad
Atreverte a hacer cosas nuevas amplia tus perspectivas y visión, te abre a nuevas posibilidades y opciones lo cual te servirá para encarar nuevos riesgos y desafíos de una manera diferente a la que estabas acostumbrado a proceder o reaccionar.
– Autoconfianza
Podrás experimentar por ti mismo nuevas circunstancias, incluso descubrir habilidades que no sabías que tenías, afianzar tus cualidades, virtudes y reconocer a la vez las debilidades en las que puedes trabajar para mejorarlas. Al salir y explorar nuevos intereses seguramente pueden aflorar, intereses que se alinean con tu ser , cuando vas por ese sendero, probando y haciendo cosas que disfrutas y que se te van dando bien tu autoconfianza se afianza, eres tú el dueño de tus decisiones, destino, y las pruebas que vas superando te irán dejando satisfacción y aprendizaje.
– Ampliar tu círculo de amistades y conocidos
Al salir de tu zona de confort , te expones a un mundo nuevo de posibilidades, conocerás gente nueva, ampliarás tu círculo de amistades, vivirás nuevas experiencias y podrás ver con otros ojos realidades diferentes a las tuyas.
– Nuevos retos
Salir y realizar actividades que no sean familiares y que sean mentalmente desafiantes, nos proporcionan una gran estimulación tanto a nivel mental como social. Cuando estas dentro de la zona de confort es posible que estés fuera de la zona de mejora
Nuestra zona de confort nos da protección y nos hace sentir seguros. nos rodeamos de todo aquello que conocemos, esos ambientes de los que nos sentimos parte y en donde estamos totalmente a gusto.
Pero eso mismo que nos protege también puede causarnos daño. Acomodarse significa estancarse, no buscar nuevos estímulos, nuevos retos. Por eso es importante ser valiente, olvidarse del miedo a lo desconocido y salir de esa zona de confort para buscar nuevas emociones, nuevos aprendizajes.
Pero, ¿cómo salir de ahí?
Reconoce tus límites
Estamos cómodos en nuestra zona de confort porque nos hemos adaptado de tal forma que nuestros límites no se ven tocados. Pero cuando inicies el escape de tu zona de confort comenzarán a revelarse todas tus barreras internas o externas, prejuicios, y demás.
Busca compañía
A veces salir de nuestra zona de confort por cuenta propia puede ser complicado sin embargo no debe de ser un impedimento, pero si hay alguien que comparta ese interés todo puede fluir más fácilmente. Puede tratarse de un amigo que busque lo mismo, deseoso de hacer cosas nuevas como tú ó un terapeuta que te dé su punto de vista y te ayude a identificar los cambios que requieres.
Aceptar lo nuevo
Es importante que aprendamos a aceptar las situaciones que se nos presentan. Si quieres hacer nuevos amigos, debes aceptar sus características, particularidades y diferencias. Estar abierto y dispuesto a escuchar opiniones distintas a la tuya, no tienes que estar de acuerdo con ello pero si saber escuchar y respetar la visión de cada ser, aceptar que las cosas no siempre son como tú crees o como te lo han contado.
Cambiar ciertas actitudes
Cada pequeña acción que llevas a cabo te ayudará a ampliar tu perspectiva. Si tu zona de confort implica ser antisocial y quieres salir de ahí, una pequeña conversación con alguien distinto cada día puede hacer la diferencia. No seas tan exigente, un “buenos días” al vecino hoy y una sonrisa amistosa al taxista mañana pueden cambiarlo todo.
