Hoy en día mucho se comenta sobre la inteligencia emocional, pero qué es realmente la inteligencia emocional?
En resumidas palabras podemos definir la inteligencia emocional como la capacidad que tenemos para entender y gestionar nuestras emociones. Con entender, me refiero a tomar conciencia de lo que pasa en nuestro mundo interior, lo que sentimos, como reaccionamos y sobre todo de qué modo nos afecta ya sea de manera positiva o negativa en nuestras vida.
Podemos decir que inteligencia emocional es la perfecta armonía entre la autoconciencia, el autocontrol, la empatía y las habilidades sociales y el impacto que genera sobre nosotros y sobre los demás.
¿Cómo desarrollar la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional se resume en practicar y practicar hasta conseguir gestionar y controlar tus emociones en cada ámbito de tu vida.
1. Practica la escucha activa
Escuchar no es lo mismo que oír, la escucha activa es tratar de entender lo que la otra persona me está diciendo desde sus zapatos, trata de percibir también el lenguaje no verbal, es decir, los gestos faciales, movimientos de las manos, postura, etc.
¿A veces tienes la sensación que las personas con las que te comunicas solo espera que termines de hablar para expresar su opinión, sin escuchar lo que de verdad estabas diciendo?
Te invito a que la siguiente conversación que tengas realices la escucha activa, fíjate en los movimientos de la persona, en la forma en que te lo está contando. Esto te ayudará a detectar las emociones de la persona y entender sus actos con una mayor objetividad y benevolencia.
Realizar este tipo de prácticas te conducirá a obtener una mayor empatía, uno de los elementos de la inteligencia emocional.
2. Escribe sobre tus emociones, aprende a identificarlos
No te guardes en la cabeza cada emoción que sientas a lo largo del día y escríbelo en tu agenda de emociones, si no lo tienes, coge una simple hoja en blanco pero escribe, escribe lo que has sentido esta mañana, qué te hizo enfadar hoy, o que sensación te ha dado una noticia. Te darás cuenta de que algunas emociones negativas son exageradas y que desde una posición tranquila y relajada, puedes valorar mejor tu comportamiento emocional.
En este proceso es importante que sepas detectar el tipo de emoción que sientes, no vale con solo identificar emociones básicas como la alegría, el miedo, el enfado, la ira, la tristeza, la felicidad, etc. Es importante especificar qué emoción tienes, cuanto mayor sea tu capacidad de identificar cada estado de ánimo y qué fue lo que provocó, mayor será tu capacidad de gestionar y controlarlo.
No solo debes escribir lo que sientes, también puedes marcarte objetivos o tareas que hacer al día siguiente, con miras hacia la mejora de tu estado de ánimo. Gracias a esta práctica empezarás a conocerte mucho más, podrás detectar tus puntos a mejorar y tus fortalezas emocionales.
3. Buscar y documentarte sobre el tema
Justo como lo estás haciendo ahora. Cuando queremos desarrollar o crear algo, no hay nada como buscar y leer información sobre el tema, esto lo han seguido muchos científicos y grandes personajes como los hermanos Wright, que para desarrollar el primer avión se fijaron y estudiaron el comportamiento y el movimiento de las aves.
Al buscar información sobre la inteligencia emocional podrás documentarte mejor, entender más este concepto, así como detectar nuevas formas de potenciar la inteligencia de las emociones.
Existen muchos artículos científicos, libros y artículos de blogs como este, en donde cada uno quiere arrojar luz sobre la definición de inteligencia emocional, como desarrollarlo, como mejorar o como potenciarlo.
En la actualidad tienes un mundo de información a golpe de clic, puedes encontrar muy buenos estudios, entrevistas a grandes profesionales y entendidos de la materia.
4. Que no te de pena, pide ayuda
Pedir ayuda es de valientes, es una gran señal de querer mejorar y que se dispone de una buena inteligencia emocional, ya que te das cuenta de tus capacidades y de que necesitas apoyo o guía para pasar de un estado A a un estado B. La ayuda puede venir de diversas fuentes, desde sesiones con profesionales de la psicología, coaching , en la ayuda prestada por parte de amigos y familiares, etc.
En el mundo del coaching existen muchos programas formativos que pueden adaptarse a tus necesidades, estos ejercicios pueden ayudarte a mejorar la inteligencia emocional. Según indica la Sociedad Internacional para la Mejora del Desempeño, puede ayudarte a desarrollar la inteligencia emocional de media un 25%, y en el caso de las habilidades sociales, hasta un 50%.
5. Medita, haz ejercicio y cuida tu dieta
Sabemos que al inicio meditar nos puede resultar muy complicado, o podemos abandonarlo con facilidad, sin embargo justamente de eso se trata, constancia. Puedes empezar meditando centrándote en tu respiración por un lapso de 5 minutos al día, con el paso de los días podrás ir incrementando el tiempo, para lograrlo debes de fijar un lugar y espacio de tu día destinado a ello , de modo que se convierta en un hábito. Los beneficios de la meditación son múltiples y a todo nivel, inténtalo y verás los resultados que obtienes.
Ejercicios: como dice el dicho: “cuerpo sano, mente sana”. Realiza ejercicio y cuida bien tu dieta, estar activo y en movimiento ayuda mucho a generar confianza en uno mismo, te ayuda a reducir la ansiedad, el estrés, mejora la autoestima, nos previene de enfermedades cognitivas, aumenta el rendimiento cerebral y otros beneficios a nivel mental y físico.
¿Te cuento un secreto? Las personas que hacen ejercicio a diario tienen menos «días malos», siendo solo 2 días malos al mes, según un estudio realizado por The Lancet Psychiatry Journal.
6. Practica el lenguaje positivo
El poder de las palabras es capaz de destruir o llevarte al punto más lejano del universo y sentirte libre. Cambiar el lenguaje negativo por el lenguaje positivo nos ayudará para seguir fortaleciendo nuestra inteligencia emocional. Evita usar palabras negativas refiriéndote hacia ti o hacia los demás, trata de eliminar las famosas “etiquetas” que ponemos sobre otros, y peor aun sobre nosotros mismos, somos un universo infinito de posibilidades, y cada día tenemos la oportunidad de ser quienes queremos ser y lograr todo aquello que nos propongamos.
La manera en la cual nos comunicamos nos afecta emocionalmente, la utilización de palabras positivas hará que nuestra salud mental mejore ya que nos permitirá actuar con más calma, podrá ayudarnos a enfrentarnos a nuestros miedos, a motivarnos y adquiriremos la predisposición a mejorar las situaciones.
También es importante no reprimirse a la hora de utilizar un lenguaje que no sea positivo, a veces es necesario hacer uso de ello, pero siempre y cuando sea de una manera adecuada.
7. Ríe
Muchas personas han adquirido una habilidad de reír frente a problemas en la vida, ya sea cuando están nerviosos o cuando se ven sometidos a un estrés continuo. El cerebro, para estos casos, utiliza la risa como arma para luchar contra las adversidades. Permite reírte de ti mismo, no seas tan duro contigo, no somos perfectos, no vinimos a esta vida para ser perfectos, vinimos para ser felices, para compartir momentos y dejar que la vida nos sorprenda.
Recuerdas cuando eras niño? Qué te causaba gracia/risa? Cierra los ojos y trasládate a esos momentos, de seguro te llevaras gratas sorpresas y sin duda alguna una sonrisa dibujada sobre tu rostro, sobre tu alma. Deja que el niño aquel se quede siempre contigo, y si acaso lo has enterrado, nunca es tarde para volver a revivirlo.
8. Aprende a cambiar el enfoque introspectivo y extrospectivo
Las personas con una inteligencia emocional muy desarrollada han aprendido a saber cuando es el momento de interiorizar con uno mismo (enfoque introspectivo) y cuando es el momento de seguir conectado con el mundo (enfoque extrospectivo) para no perderse entre sus pensamientos.
Lo importante de este ejercicio es que seas consciente de que tienes el control y la capacidad de gestionar este proceso. Si necesitas estar solo, se entiende, pero también debes ser consciente de lo esencial que es tu entorno para ti y el desarrollo de la inteligencia emocional.
Referencias
- Goleman, D. (1996): Inteligencia emocional. Barcelona, Kairós.
- Lancet. VOLUME 5, ISSUE 9, P739-746, SEPTEMBER 01, 2018
- Vallès, A., y Vallès, C. (2000): Inteligencia emocional: Aplicaciones educativas. Madrid, Editorial EOS.
- Gordon, Lynn Melby. «Gardner, Howard (1943–).» Encyclopedia of Human Development. Ed. Neil J. Salkind. Vol. 2. Thousand Oaks, CA: SAGE Reference, 2006. 552-553. Gale Virtual Reference Library. Web. 27 Oct. 2014